¡La historia de tu marca, es la pócima secreta!

El Popol Vuh cubre la historia maya por casi 3,500 años; las pinturas rupestres de Francia tienen más de 30,000 años de antigüedad; las obras de teatro griegas, comenzaron en el siglo VI a.C. contando fragmentos de su mitología. ¿Qué tienen en común? que todas estas historia se encuentran igual de vivas el día de hoy gracias a que cuentan una historia que nos hace sentido y por eso se han quedado en nuestras mentes y corazones todo este tiempo. Algo así es lo que tu marca debería estar logrando en tu audiencia, ser recordada por años y años. Sin embargo , ¿qué es «contar historias» cuando intentas vender un producto?

Las personas naturalmente encontramos una historia en todo lo que vemos. Cada imagen, palabra o frase, no importa cuán simple sea, está impregnada de un significado más profundo para nosotros. Este «cableado» ayuda a nuestro cerebro a comprender, contextualizar y retener detalles sobre el mundo que nos rodea.

Es lógico entonces, que las buenas historias también funcionen como potentes herramientas dentro de tu estrategia de ventas como un medio para transmitir ideas, cambiar las percepciones de tus ofertas e incluso tu marca, y lo más importante, forjar conexiones emocionales para modificar conductas de consumo.

Pero en los últimos años, el término «storytelling» ha sido usado en exceso y recetado en exceso por los especialistas en marketing. Este término, se convirtió simultáneamente en la respuesta de facto a casi todos los desafíos que enfrenta la publicidad digital, así como en una excusa para evitar la responsabilidad de resolver esos problemas

Generalmente las personas al entrar en a una tienda departamental, a una pequeña tienda de abarrotes o a una agencia de autos. Ingresan con una intención en común… comprar.

 

¿Qué es lo que hace que las personas decidan comprar?

 

Esta pregunta puede sonar muy abierta, es decir, seguramente muchos de ustedes pensaron, “la necesidad de algo, la ausencia de algún producto, o un simple gustito”. Y si, tienen toda la razón, sin embargo la respuesta está aún en algo más profundo de la toma de decisión.

En estas fechas decembrinas en las que los centros comerciales suelen estar llenos, me encontraba con mi novia entre la multitud comprando regalos para su familia. Por supuesto el caminar de tienda en tienda, nos hizo detenernos varias veces, escogiendo artículos de decoración para nuestra casa. Sin embargo, no habíamos elegido prendas de ropa, porque los escogíamos específicamente para sus familiares sin pensar en nosotros. Así había sido toda a tarde en el centro comercial, hasta que por fin sucedió. Dirigiéndonos a la tienda de junto de la que estábamos saliendo, sentí un tirón de la mano con la que sostenía a mi novia. Cuando volteé a ver que sucedía, ella se quedó plasmada viendo un mostrador donde una pareja de maniquies, portaba unos conjuntos navideños de ropa con imágenes de playa. (Mi novia y su familia son de Cancún) Atrás de estos maniquies, había un stand en el que te dejaban más en claro que la ropa era especial para las personas que se irían de vacaciones a la playa. Por lo que mi novia no lo pensó dos veces y decidió comprarlos para que al llegar a Cancún con su familia nos veamos “tiernos”.

 

¿Por qué sobre todas las cosas que vimos, sobre todas las tiendas en las que entramos decidió escoger esas? ¿Solamente porque son para la playa y nosotros iríamos a Cancún? Pues si, todo el stand en el que estaban estos maniquies playeros, no sólo recalcaba que la ropa era para la playa, sino que gracias a todas las imágenes y escenografía que había detrás, te envolvía en una historia, una historia en la que mi novia se visualizó e identificó. Tanto que no pudo avanzar sin llevar consigo lo que le ofrecían.

Este es uno de los secretos de las grandes empresas: No vender tradicionalmente, sino generar empatía con sus consumidores al contextualizar su mercancía en la historia de las personas. De esta forma, además de obtener un cliente, generan un lazo con ellas, un lazo que los convertirá en un clientes fieles.

No siempre nos damos cuenta de estas historias que nos cuentan las marcas. Un ejemplo muy claro de esto es la estrategia de AirBnB.

 

AirBnB pone el ejemplo

AirBnB te permite rentar desde un cuarto hasta una casa entera en tus vacaciones con la tarifa más económica del mercado. Sin embargo, pese a que sus precios son los más bajos, su publicidad no gira en torno a cuánto dinero vas a ahorrar, cosa que se ve claramente en otros anuncios como Booking.com o Trivago (que es su competencia en cuestión de hospedajes).

En cada comercial de AirBnB, la historia que te cuentan es sobre cómo puedes convertirte en un residente del país al que visitas, no un turista, con su caracteristica «no vayas ahí, vive ahí aunque sea por una noche».

De esta forma sabes que no sólo estás comprando hospedaje, sino que te conviertes en un residente del país y vives como si fueras uno y esa es la historia que sus clientes recuerdan y aman de AirBnB, y la marca jamás les mencionó lo barato que sería ¡ESO es una historia!

Este tipo de historias que se generan a través de campaña publicitarias, son fáciles de descifrar, puesto que, al conocer su público saben como dirigirse a él mediante imágenes de sesiones de fotos o cortos videos.

 

Hoy en día, tanto las empresas pequeñas como las grandes han comenzado a implementar esta nueva fase de “storytelling” en sus estrategias digitales.

Contar la historia de tu marca mediante imágenes y videos es una excelente idea y son mejores aún cuando cuentas estas historias a través de tu blog o redes sociales. Esto genera un alcance e impacto mayor, ya que a través de los artículos y publicaciones, los «storytellers» pueden expresarse con más facilidad y contar la historia más detalladamente con el fin de cumplir su objetivo de venta.

Si tú quieres saber cómo comenzar a implementar, en Focus Digital nos encontramos desarrollando un artículo para que sepas cómo comenzar a incorporar este táctico dentro de tu estrategia digital. De momento, si tienes cualquier duda, deja un comentario en este artículo.

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